El Rosario en Latín

Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén

Per signum Crucis de inimicis nostris libera nos, Deus noster.
In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen.

Acto de Contrición - Confiteor

Credo

Padre Nuestro y tres Avemarías

Cinco misterios. En cada misterio se reza un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria Patri. Después de cada misterio un "Señor Jesús".

Misterios gozosos:
(suelen rezarse los días lunes y jueves)

Primer misterio: la Anunciación. Fruto de este misterio: la virtud de humildad.

Primo, Beátæ Maríæ Vírginis anuntiatiónem contemplámur, et humílitas pétitur.

Segundo misterio: la Visitación. Fruto: la caridad fraterna.

Secundo, Beátæ Maríæ Vírginis visitatiónem contemplámur, et charitas ad fratres pétitur.

Tercer misterio: el Nacimiento del Salvador. Fruto: el espíritu de pobreza.

Tertio, Dómini Nóstri Iésu Chrísti nativitátem contemplámur, et paupertátis spíritus pétitur.

Cuarto misterio: la Presentación del Niño Jesús en el Templo y la Purificación legal de aría Santísima. Fruto: la obediencia y la pureza.

Quarto, Dómini Nóstri Iésu Chrísti presentatiónem in templo contemplámur, et obediéntia pétitur.

Quinto misterio: el Niño Jesús perdido y hallado en el Templo. Fruto: buscar a Dios en todas las cosas.

Quinto, Dómini Nóstri Iésu Chrísti inventiónem in templo contemplámur, et Déum inquæréndi volúntas pétitur.

Misterios dolorosos:

(suelen rezarse los días martes y viernes)

Primer misterio: la Agonía. Fruto: la contricción por nuestros pecados.
Primo, Dómini Nóstri Iésu Chrísti oratiónem in horto contemplamur, et dólor pro peccatis nostris pétitur.
Segundo misterio: la Flagelación. Fruto: la mortificación corporal.

Secundo, Dómini Nóstri Iésu Chrísti flagellatiónem contemplamur, et córporum nostrórum mortificátio pétitur.

Tercer misterio: la Corona de espinas. Fruto: la mortificación del espíritu y del corazón.

Tertio, Dómini Nóstri Iésu Chrísti spinis coronationem contemplamur, et supérbiæ mortificatio pétitur.

Cuarto misterio: Jesús lleva su Cruz a cuestas. Fruto: la paciencia en las pruebas.

Quarto, Dómini Nóstri Iésu Chrísti crucis baiulatiónem contemplamur, et patiéntia in tribulatiónibus pétitur.

Quinto misterio: la Crucifixión. Fruto: el don de sí mismo a la obra de la Redención.

Quinto, Dómini Nóstri Iésu Chrísti crucifixiónem et mortem contemplamur, et súi ipsíus donum ad animárum redemptiónem pétitur.

Misterios gloriosos:

(suelen rezarse los días miércoles, sábados y domingos)

Primer misterio: la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Fruto: la fe.

Primo, Dómini Nóstri Iésu Chrísti resurrectiónem contemplamur, et fídes pétitur.

Segundo misterio: la Ascención de Nuestro Señor Jesucristo a los cielos. Fruto: la esperanza y el deseo del Cielo.

Secundo, Dómini Nóstri Iésu Chrísti in cælum ascensiónem contemplamur, et spes pétitur.

Tercer misterio: Pentecostés. Fruto: la caridad y los dones del Espíritu Santo.

Tertio, Spíritus Sáncti descensiónem contemplamur, et cháritas ad Deum pétitur.

Cuarto misterio: la Asunción de Nuestra Señora. Fruto: la gracia de una buena muerte.

Quarto, Beátæ Maríæ Vírginis in cælum assumptiónem contemplamur, et bene moriéndi gratia pétitur.

Quinto misterio: la Coronación de la Santísima Virgen en el Cielo como Reina y Señora de todo lo creado. Fruto: la verdadera devoción a la Santísima Virgen.

Quinto, Beátæ Maríæ Vírginis coronatiónem contemplamur, et fidúcia in María Regína Nostra pétitur.

(Después del Rosario puede rezarse el canto "Bajo tu amparo" o "Salve Regina". Esta última se reza o conta al final de la misa tradicional. Luego se reza la oración a San Miguel Arcángel.)

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no deseches nuestras súplicas, ni te olvides de nuestras necesidades; antes líbranos siempre de todos los peligros, oh Virgen gloriosa y bendita.

Sub tuum praesídium confúgimos, Sancta Dei Génitrix: nostras deprecatiónes ne despícias in necessitátibus: sed a perículis cuntis líbera nos semper, Virgo gloriósa et benedícta.

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve, a ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos. Y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce siempre Virgen María!

Ruega por nosotros Santa Madre de Dios

Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Así sea.

Salve Regina, Mater misericordiae. Vita, dulcedo, et spes nostra, salve. Ad te clamamus exsules filii Hevae. Ad te suspiramus, gementes et flentes in hac lacrimarum valle. Eia ergo, Advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte. Et Jesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende. O clemens, O pia, dulcis Virgo Maria.
Ora pro nobis, sancta Dei Genitrix.

Ut digni efficiamur promissionibus Christi.

Amén.

Oración a San Miguel Arcangel

Fuentes: Radio Cristiandad; Devocionario Fraternidad Sacerdotal San Pio X.