martes, 27 de octubre de 2009

Halloween versus Todos los Santos

Gracias P. José

"...Nuestra Santa Madre Iglesia, nos propone en la persona de los Santos las vidas ejemplares que debemos imitar. Ella no decide quien entra o no en los cielos, Ella simplemente declaró que por sus virtudes heroicas están merecidamente allí y por eso a los que aun militamos en esta tierra sus vidas nos son propuestas como ejemplo, mostrándonos que si ellos con la gracia de Dios lograron cumplir la voluntad de Dios "Sed santos, porque yo soy santo", nosotros, como ellos, también podemos alcanzar la gloria que Dios propone. Ellos nos muestran, que la santidad que hoy veneramos en los cielos comenzó en este mismo suelo. Entre quienes veneramos hay muchísimos santos desconocidos, pero no para Dios, todos, celebres y anónimos, de las maneras mas diversas encarnaron en sus vidas la multiforme gracia del Dios tres veces Santo.

Los santos motivaron con su ejemplo a Santa Teresa de Avila, quien tenía como pasatiempo leer biografías en el fondo del jardín con su hermano Rodrigo. Los santos ejemplos de los mártires le impulsaron a buscarlo en tierra de moros y hacia allí se escapó una tarde. Sin duda estos ejemplos inflamaron su corazón, deseosa de santidad no se conformó con la mediocridad y plasmó en su vida la maravillosa voluntad de Dios.

Durante su convalecencia a San Ignacio le trajeron santas biografías; las aventuras más originales que ningún novelista imaginó, porque esas vidas fueron escritas por la gracia de Dios. Fue así como se planteó que si otros habían podido, él ¿por que no? Y gracias a esto hoy podemos leer la historia de un hombre, que conociéndolo, descubrimos uno de los capítulos más apasionantes de nuestra Civilización, uno de los milagros más grandes de la gracia.

Hoy el mundo nos propone modelos de vida en que lo ejemplar es lo escandaloso, antihéroes erigidos en paradigma. La gloria propuesta es la del placer, el poder y el dinero. No se trata de ser santo, sino de ser un o una "star", y lo que algunos logran es ser estrellas fugaces en el efímero cielo de la pantalla o el estadio. Sus gozos, sonrisas de postin cual máscaras de un perpetuo teatro, se perpetúan bajo los flashes y tras bambalinas buscan consuelos narcotizados.

Bajo la influencia de estos modelos están creciendo nuestros niños. Sus corazones ávidos engullen estos ejemplos gracias a la televisión y numerosos magazines que perpetúan la fugacidad de la imagen así como su acción corruptora, allí donde son mas vulnerables, en su imaginación y sensibilidad. De estos ejemplares conocen vida y obras poco edificantes y son la comidilla cotidiana de las conversaciones infantiles, adolescentes, juveniles y adultas.

Pero al mundo pervertidor de inocencias ya se le va cayendo la mascara y hoy propone a nuestros niños como modelos a imitar brujas y demonios ya sin disfraces. Ellos que habían recibido naturalmente la capacidad de asociar la fealdad con la maldad, ahora ya tendrán que encontrar alegría inocente en la sonrisa desdentada de la bruja, en su enmarañada greña, armonía en el esqueleto sepulcral y melodía en una danza macabra, no será cuestión de aureolas sino de cuernos y puntiagudos sombreros. Así, los van habituando a vivir en infernal aquelarre. Se van familiarizando poco a poco con el inframundo que va apareciendo en la superficie. Los modelos propuestos no son del cielo, sino del infierno. Ya no se gozarán con los dones de lo alto, sino con los chispazos del averno. Ya no saben que es lo malo y que es lo bueno, tampoco sabrán los que es bello y lo que es feo; sin gracia y sin vergüenza motivo de orgullo sacarán del mayor pecado, la virtud estará en el vicio y los ángeles de la guarda dejarán su lugar a los de las tinieblas. Jesús nos ponía en guarda ante la eventualidad que el enemigo se vistiera de ángel de luz y el mundo nos dice que el que aparece con cachos y tridente ¿es nuestro amigo inocente?

No será raro que mañana, encontremos en los corazones todas esas telarañas que adornan las habitaciones, enredadas a los posters de ídolos con la mirada vacía, cual cucarachas suspendidas, ocupando tanto espacio en la pared como en la incipiente vida, y comiencen pidiendo socorro al "psy" y terminen recurriendo al exorcista, que sin utilizar la escoba de la bruja tendrá que barrer mucha basura del corazón con la fuerza del agua bendita y la oración, muchas lágrimas y mortificación.

La Luz es reemplazada por las tinieblas y los hijos de la luz se van apagando uno tras otro, la inocencia y el pudor, la gracia y el candor, porque los padres no velaron sobre la incipiente luz que el día del bautizo les confiara el sacerdote, dejaron la misión de educarlos a la cyber-institutriz, no pusieron coto al espíritu del mundo que inundó sus hogares. No solo los papas, también los padrinos consienten al ahijado regalando disfraces que los identifican con el mal. ¿Cómo podrá un niño recordar las promesas del bautismo si ni siquiera padrinos y papas las recuerdan? ¿Renuncias a Satanás? Renuncio. ¿A sus obras? Renuncio. ¿A sus seducciones? Renuncio. Estas promesas suenan tan lejanas como el renacer de la civilización..."

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