viernes, 29 de marzo de 2013

Sor Maria de Jesus de Agreda: Mistica Ciudad de Dios, Libro sexto, Capitulos 14 y 15


CAPITULO 14 

La fuga y division de los Apostoles con la prision de su Maestro, la noticia que tuvo su Madre santisima y lo que hizo en esta ocacion, la condenacion de Judas y turbacion de los demonios con lo que iban conociendo.

1240. Ejecutada la prision de nuestro Salvador Jesus como queda dicho, se cumplio el aviso que a los Apostoles habia


dado en la cena, que aquella noche padecerian todos grande escandalo sobre su persona (Mt 26, 31) y que Satanas los


acometeria para zarandearlos como al trigo (Lc 22, 31). Porque cuando vieron prender y atar a su divino Maestro y que


ni su mansedumbre y palabras tan dulces y poderosas, ni sus milagros y doctrina sobre tan inculpable conversacion de


vida no habian podido aplacar la ira de los ministros, ni templar la envidia de los pontifices y fariseos, quedaron muy


turbados los afligidos Apostoles. Y con el natural temor se acobardaron, perdiendo el animo y el consejo de su

Maestro, y comenzando a vacilar en la fe cada uno de ellos imaginaba como se pondria en salvo del peligro que los

amenazaba, viendo lo que con su Maestro y Capitan iba sucediendo. Y como todo aquel escuadron de soldados y

ministros acometio a prender y encadenar al mansisimo Cordero Jesus, con quien todos estaban irritados y ocupados,

entonces los Apostoles, aprovechando la ocasion, huyeron sin ser vistos ni atendidos de los judios; que cuanto era de

su parte, si lo permitiera el Autor de la vida, sin duda prendieran a todo el apostolado y mas viendolos huir como

cobardes o reos, pero no convenia que entonces fueran presos y padecieran. Y esta voluntad manifesto nuestro

Salvador cuando dijo que si buscaban a Su Majestad dejasen ir libres a los que le acompanaban (Jn 18, 8), y asi lo

dispuso con la fuerza de su Divina Providencia. Pero el odio de los pontifices y fariseos tambien se extendia contra los

apostoles, para acabar con todos ellos si pudieran, y por eso le pregunto el pontifice Anas al Divino Maestro por sus

discipulos y doctrina (Jn 18, 19).

1241. Anduvo tambien Lucifer en esta fuga de los Apostoles, ya alucinado y perplejo, ya redoblando la malicia con

varios fines. Por una parte deseaba extinguir la doctrina del Salvador del mundo y a todos sus discipulos, para que no

quedara memoria de ellos, y para esto era conforme a su deseo que fuesen presos y muertos por los judios. Y este

acuerdo no le parecio facil de conseguir al demonio y reconociendo la dificultad procuro incitar a los Apostoles y

turbarlos con sugestiones, para que huyesen y no viesen la paciencia de su Maestro en la pasion, ni fuesen testigos de

lo que en ella sucediese. Temio el astuto Dragon que con la nueva doctrina y ejemplo quedarian los Apostoles mas

confirmados y constantes en la fe y resistirian a las tentaciones que contra ella les arrojaba, y le parecio que si entonces

comenzasen a titubear los derribaria despues con nuevas persecuciones que les levantaria por medio de los judios, que

siempre estarian prontos para ofenderles por la enemistad contra su Maestro. Con este mal consejo se engano a si

mismo el demonio, y cuando conocio que los Apostoles estaban timidos, cobardes y muy caidos de corazon con la

tristeza, juzgo este enemigo que aquella era la peor disposicion de la criatura y para si la mejor ocasion de tentarlos y

les acometio con rabioso furor proponiendoles grandes dudas y recelos contra el Maestro de la vida y que le

desamparasen y huyesen. Y en cuanto a la fuga no resistieron como en muchas de las sugestiones falsas contra la fe,

aunque tambien desfallecieron en ella unos mas y otros menos, porque en esto no fueron todos igualmente turbados ni

escandalizados.

1242. Dividieronse unos de otros huyendo a diferentes partes, porque todos juntos era dificultoso ocultarse, que era

lo que entonces pretendian. Solos San Pedro y San Juan Evangelista se juntaron para seguir de lejos a su Dios y

Maestro hasta ver el fin de su pasion. Pero en el interior de cada uno de los once Apostoles pasaba una contienda de

sumo dolor y tribulacion, que les prensaba el corazon sin dejarles consuelo ni descanso alguno. Peleaban de una parte

la razon, la gracia, la fe, el amor y la verdad; de otra las tentaciones, sospechas, temor y natural cobardia y tristeza. La

razon y la luz de la verdad les reprendian su inconstancia y deslealtad en haber desamparado a su Maestro, huyendo

como cobardes del peligro, despues de estar avisados y haberse ofrecido ellos tan poco antes a morir con El si fuera

necesario. Acordabanse de su negligente inobediencia y descuido en orar y prevenirse contra las tentaciones, como

su mansisimo Maestro se lo habia mandado. El amor que le tenian por su amable conversacion y dulce trato, por su

doctrina y maravillas, y el acordarse que era Dios verdadero, les animaba y movia para que volviesen a buscarle y se

ofreciesen al peligro y a la muerte como fieles siervos y discipulos. A esto se juntaba acordarse de su Madre santisima

y considerar su dolor incomparable y la necesidad que tendria de consuelo, y deseaban ir a buscarle y asistirle en su

trabajo. Por otra parte pugnaban en ellos la cobardia y el temor para entregarse a la crueldad de los judios y a la

muerte, a la confusion y persecucion. Para ponerse en presencia de la dolorosa Madre, les afligia y turbaba que los

obligaria a volver donde estaba su Maestro, y si con ella estarian menos seguros porque los podian buscar en su casa.

Sobre todo esto eran las sugestiones de los demonios impias y terribles. Porque les arrojaba el Dragon en el

pensamiento terribles imaginaciones de que no fuesen homicidas de si mismos entregandose a la muerte, y que su

Maestro no se podia librar a si y menos podria sacarlos a ellos de las manos de los pontifices, y que en aquella ocasion

le quitarian la vida y con eso se acabaria toda la dependencia que de el tenian, pues no le verian mas, y que no obstante


que su vida parecia inculpable, con todo eso ensenaba algunas doctrinas muy duras y algo asperas hasta entonces


nunca vistas y que por ellas le aborrecian los sabios de la ley y los pontifices y todo el pueblo estaba indignado contra


el, y que era fuerte cosa seguir a un hombre que habia de ser condenado a muerte infame y afrentosa.


1243. Esta contienda y lucha interior pasaba en el corazon de los fugitivos Apostoles, y entre unas y otras razones


pretendia Satanas que dudasen de la doctrina de Cristo y de las profecias que hablaban de sus misterios y pasion. Y


como en el dolor de este conflicto no hallaban esperanza de que su Maestro saliese con vida del poder de los

pontifices, llego el temor a pasar en una tristeza y melancolia profunda, con que eligieron el huir del peligro y salvar

sus vidas. Y esto era con tal pusilanimidad y cobardia, que en ningun lugar se juzgaban aquella noche por seguros y

cualquiera sombra o ruido los sobresaltaba. Y anadioles mayor temor la deslealtad de Judas Iscariotes, porque temian

irritaria tambien contra ellos la ira de los pontifices, por no volver a verse con ninguno de los once, despues de

perpetrada su alevosia y traicion. San Pedro y San Juan Evangelista, como mas fervientes en el amor de Cristo,

resistieron al temor y al demonio mas que los otros y quedandose los dos juntos determinaron seguir a su Maestro con

algun retiro. Y para tomar esta resolucion les ayudo mucho el conocimiento que tenia San Juan Evangelista con el

pontifice Anas, entre el cual y Caifas andaba el pontificado, alternando los dos; y aquel ano lo era Caifas, que habia

dado el consejo profetico en el concilio, de que importaba muriese un hombre para que todo el mundo no pereciese (Jn

11, 49). Este conocimiento de San Juan Evangelista se fundaba en que el Apostol era tenido por nombre principal, y en

su linaje noble, en su persona afable y cortes, y de condiciones muy amables. Con esta confianza fueron los dos

Apostoles siguiendo a Cristo nuestro Senor con menos temor. A la gran Reina del cielo tenian en su corazon los dos

Apostoles, lastimados de su amargura y deseosos de su presencia para aliviarla y consolarla cuanto fuera posible, y

particularmente se senalo en este afecto devoto el Evangelista San Juan.

1244. La divina Princesa desde el cenaculo en esta ocasion estaba mirando por inteligencia clarisima no solo a su

Hijo santisimo en su prision y tormentos, sino junto con esto conocia y sabia todo cuanto pasaba por los Apostoles

interior y exteriormente. Porque miraba su tribulacion y tentaciones, sus pensamientos y determinaciones, y donde

estaba cada uno de ellos y lo que hacia. Pero aunque todo le fue patente a la candidisima paloma, no solo no se indigno

con los Apostoles, ni jamas les dio en rostro con la deslealtad que habian cometido, antes bien ella fue el principio y el

instrumento de su remedio, como adelante dire (Cf. infra n. 1457, 1458). Y desde entonces comenzo a pedir por ellos,

y con dulcisima caridad y compasion de madre dijo en su interior: Ovejas sencillas y escogidas, .por que dejais a

vuestro amantisimo Pastor que cuidaba de Vosotros y Os daba pasto y alimento de vida eterna? .Por que, siendo

discipulos de tan verdadera doctrina, desamparais a Vuestro Bienhechor y Maestro? .Como olvidais aquel trato tan

dulce y amoroso que atraia a si Vuestros corazones? .Por que escuchais al maestro de la mentira, al lobo carnicero que

pretende vuestra ruina? !Oh amor mio dulcisimo y pacientisimo, que manso, que benigno y misericordioso os hace el

amor de los hombres! Alargad vuestra piedad a esta pequena grey a quien el furor de la serpiente ha turbado y

derramado. No entregueis a las bestias las almas que os han confesado (Sal 73, 19). Grande espera teneis con los que

elegis para vuestros siervos y grandes obras habeis hecho con vuestros discipulos. No se malogre tanta gracia, ni

reprobeis a los que escogio Vuestra voluntad para fundamentos de Vuestra Iglesia. No se glorie Lucifer de que triunfo

a Vuestra vista de lo mejor de Vuestra casa y familia. Hijo y Senor mio, mirad a Vuestro amado discipulo Juan, a Pedro

y Jacobo (Jacobo=Santiago: Beati Iacobi Apostoli) favorecidos de vuestro singular amor y voluntad. A todos los demas

tambien volved los ojos de vuestra clemencia y quebrantad la soberbia del Dragon, que con implacable crueldad los ha

turbado.

1245. A toda capacidad humana y angelica excede la grandeza de Maria santisima en esta ocasion y las obras que

hizo y plenitud de santidad que manifesto en los ojos y beneplacito del Altisimo. Porque sobre los dolores sensibles y

espirituales que padecio de los tormentos de su Hijo santisimo y de las injurias afrentosas que padecio su divina

persona, cuya veneracion y ponderacion estaba en lo sumo en la prudentisima Madre, sobre todo esto se le junto el

dolor de la caida de los Apostoles, que sola Su Majestad sabia ponderarla. Y miraba su fragilidad y el olvido que

habian mostrado de los favores, doctrina, avisos y amonestaciones de su Maestro, y esto en tan breve tiempo, despues

de la cena, del sermon que en ella hizo y de la comunion que les habia dado, con la dignidad de Sacerdotes en que los

dejaba tan levantados y obligados. Conocia tambien su peligro de caer en mayores pecados, por la sagacidad con que

Lucifer y sus ministros de tinieblas trabajaban por derribarlos y la inadvertencia con que el temor tenia poseidos los

corazones de todos los Apostoles mas o menos. Y por todo esto multiplico y acrecento las peticiones hasta merecerles

el remedio y que su Hijo santisimo los perdonase y acelerase sus auxilios, para que luego volviesen a la fe y amistad de

su gracia, que de todo esto fue Maria el instrumento eficaz y poderoso. En el interin recopilo esta gran Senora en su

pecho toda la fe, la santidad, el culto y veneracion de toda la Iglesia, que estuvo toda en ella como en arca

incorruptible, conservando y encerrando la Ley Evangelica, el sacrificio, el templo y el santuario. Y sola Maria

santisima era entonces toda la Iglesia, y sola ella creia, amaba, esperaba, veneraba y adoraba al objeto de la fe por si,

por los apostoles y por todo el linaje humano. Y esto de manera que recompensaba, cuanto era posible a una pura criatura,

las menguas y falta de fe de todo lo restante de los miembros misticos de la Iglesia. Hacia heroicos actos de fe,

esperanza, amor, veneracion y culto de la divinidad y humanidad de su Hijo y Dios verdadero y con genuflexiones y

postraciones le adoraba y con admirables canticos le bendecia, sin que el dolor intimo y amargura de su alma

destemplasen el instrumento de sus potencias, concertado y templado con la mano poderosa del Altisimo. No se

entendia de esta gran Senora lo que dijo el Eclesiastico (Eclo 22, 6), que la musica en el dolor es importuna, porque

sola Maria santisima pudo y supo en medio de sus penas aumentar la dulce consonancia de las virtudes.


1246. Dejando a los once apostoles en el estado que se ha dicho, vuelvo a contar el infelicisimo termino del traidor


Judas, anticipando algo este suceso para dejarle en su lamentable y desdichada suerte y volver al discurso de la pasion.


Llego, pues, el sacrilego discipulo, con el escuadron que llevaba preso a nuestro Salvador Jesus, a casa de los


pontifices, Anas primero y despues a Caifas; donde le esperaban con los escribas, y fariseos. Y como el divino Maestro


a vista de su perfido discipulo era tan maltratado y atormentado con blasfemias y con heridas y todo lo sufria con


silencio, mansedumbre y paciencia tan admirable, comenzo Judas Iscariotes a discurrir sobre su propia alevosia,

conociendo que sola ella era la causa de que un hombre tan inculpable y bienhechor suyo fuese tratado con tan injusta

crueldad sin merecerlo. Acordose de los milagros que habia visto, de la doctrina que le oyo, de los beneficios que le

hizo y tambien se le represento la piedad y mansedumbre de Maria santisima y la caridad con que habia solicitado su

remedio y la maldad obstinada con que ofendio a Hijo y Madre por un vilisimo interes, y todos los pecados juntos que

habia cometido se le pusieron delante como un caos impenetrable y un monte inhabitable y grave.

1247. Estaba Judas Iscariotes, como arriba se dijo (Cf. supra n. 1226), desamparado de la divina gracia despues de la

entrega que hizo con el osculo y contacto de Cristo nuestro Salvador. Y por ocultos juicios del Altisimo, aunque estaba

entregado en manos de su consejo, hizo aquellos discursos, permitiendolo la justicia y equidad divina en la razon

natural y con muchas sugestiones de Lucifer que le asistia. Y aunque discurria Judas Iscariotes y hacia juicio verdadero

en lo que se ha dicho, pero, como estas verdades eran administradas por el padre de la mentira, juntaba a ellas otras

proposiciones falsas y mentirosas, para que viniese a inferir, no su remedio y confianza de conseguirle, sino que

aprehendiese la imposibilidad y desesperase de el, como sucedio. Despertole Lucifer intimo dolor de sus pecados, pero

no por buen fin ni motivos de haber ofendido a la Verdad divina, sino por la deshonra que padeceria con los hombres y

por el dano que su Maestro, como poderoso en milagros, le podia hacer y que no era posible escaparse de el en todo el

mundo, donde la sangre del Justo clamaria contra el. Con estos y otros pensamientos que le arrojo el demonio, quedo

lleno de confusion, tinieblas y despechos muy rabiosos contra si mismo. Y retirandose de todos, estuvo para arrojarse

de muy alto en casa de los pontifices y no lo pudo hacer. Saliose fuera y como una fiera, indignado contra si mismo, se

mordia de los brazos y manos y se daba desatinados golpes en la cabeza, tirandose del pelo, y hablando

desentonadamente se echaba muchas maldiciones y execraciones, como infelicisimo y desdichado entre los hombres.

1248. Viendole tan rendido Lucifer, le propuso que fuese a los sacerdotes y confesando su pecado les volviese su

dinero. Hizolo Judas Iscariotes con presteza y a voces les dijo aquellas palabras:


Pequé entregando la sangre del Justo

(Mt 27, 4)


Pero ellos no menos endurecidos le respondieron que lo hubiera mirado primero. El intento del demonio era, si pudiera impedir la muerte de Cristo nuestro Senor, por las razones que dejo dichas (Cf. supra n. 1130ss) y dire

mas adelante. Con esta repulsa que le dieron los principes de los sacerdotes, tan llena de impiisima crueldad, acabo


Judas Iscariotes de desconfiar, persuadiendose que no seria posible excusar la muerte de su Maestro. Lo mismo juzgo


el demonio, aunque hizo mas diligencias por medio de Poncio Pilatos. Pero como Judas Iscariotes no le podia servir ya


para su intento, le aumento la tristeza y despechos y le persuadio que para no esperar mas duras penas se quitase la

vida. Admitio Judas Iscariotes este formidable engano y saliendose de la ciudad se colgo de un arbol seco, haciendose

homicida de si mismo el que se habia hecho deicida de su Criador. Sucedio esta infeliz muerte de Judas Iscariotes el

mismo dia del viernes a las doce, que es al mediodia, antes que muriera nuestro Salvador, porque no convino que su

muerte y nuestra consumada Redencion cayese luego sobre la execrable muerte del traidor discipulo que con suma

malicia le habia despreciado.

1249.


Recibieron luego los demonios el alma de Judas Iscariotes y la lleva ron al infierno , pero su cuerpo quedo

colgado y reventadas sus entranas con admiracion y asombro de todos, viendo el castigo tan estupendo de la traicion


de aquel pesimo y perfido discipulo. Persevero el cuerpo ahorcado tres dias en lo publico, y en este tiempo intentaron


los judios quitarle del arbol y ocultamente enterrarle, porque de aquel espectaculo redundaba grande confusion


contra los sacerdotes y fariseos que no podian contradecir aquel testimonio de su maldad. Pero no pudieron con


industria alguna derribar ni quitar el cuerpo de Judas Iscariotes de donde se habia colgado,


hasta que pasados tres dias,

por dispensacion de la justicia divina, los mismos demonios le quitaron de la horca y le llevaron con su alma, para que


en lo profundo del infierno pagase en cuerpo y alma eternamente su pecado.


Y porque es digno de admiracion

temerosa lo que he conocido del castigo y penas que se le dieron a Judas Iscariotes, lo dire como se me ha mostrado y


mandado. Entre las oscuras cavernas de los calabozos infernales estaba desocupada una muy grande y de mayores tormentos


que las otras, porque los demonios no habian podido arrojar en aquel lago a ningun alma, aunque la crueldad


de estos enemigos lo habia procurado desde Cain hasta aquel dia. Esta imposibilidad admiraba al infierno, ignorante


del secreto, hasta que llego el alma de Judas Iscariotes, a quien facilmente arrojaron y sumergieron en aquel calabozo

nunca antes ocupado de otro alguno de los condenados. Y la razon era, porque desde la creacion del mundo quedo

senalada aquella caverna de mayores tormentos y fuego que lo restante del infierno para los cristianos que recibido el

bautismo se condenasen por no haberse aprovechado de los sacramentos, doctrina, pasion y muerte del Redentor y la

intercesion de su Madre santisima.


Y como Judas Iscariotes fue el primero que habia participado de estos beneficios

con tanta abundancia para su remedio y formidablemente los desprecio, por esto fue tambien el que primero estreno


aquel lugar y tormentos aparejados para el y los que le imitaren y siguiere




1250.


Este misterio se me ha mandado escribir con particula ridad para aviso y escarmiento de todos los cristianos, y en

especial de los sacerdotes, prelados y religiosos,





que tratan con mas frecuencia el Sagrado Cuerpo y Sangre de

Jesucristo Senor nuestro y por oficio y estado son mas familiares suyos, que por no ser reprendida quisiera hallar


terminos y razones con que darle la ponderacion y sentido que pide nuestra insensible dureza, para que en este ejemplo



todos tomaramos escarmiento y temieramos el castigo que nos aguarda a los malos cristianos segun el estado de cada


uno. Los demonios atormentaron a Judas Iscariotes con inexplicable crueldad, porque no habia desistido de vender a su


Maestro, con cuya pasion y muerte ellos quedarian vencidos y desposeidos del mundo; y la indignacion que por esto


cobraron de nuevo contra nuestro Salvador y contra su Madre santisima, la ejecutan en el modo que se les permite


contra todos los que imitan al traidor discipulo y cooperan con el en despreciar la Doctrina Evangelica, los


Sacramentos de la Ley de Gracia y fruto de la Redencion. Y es justa razon que estos malignos espiritus tomen

venganza en los miembros del cuerpo mistico de la Iglesia, porque no se unieron con su cabeza Cristo y porque

voluntariamente se apartaron de ella y se entregaron a ellos, que con implacable soberbia la aborrecen y maldicen y

como instrumentos de la justicia divina castigan las ingratitudes que tienen los redimidos contra su Redentor. Y los

hijos de la Santa Iglesia consideren esta verdad atentamente, que si la tuvieran presente no es posible dejase de

moverles el corazon y les diese juicio para desviarse de tan lamentable peligro.

1251. Entre los sucesos de todo el discurso de la pasion andaba Lucifer con sus ministros de maldad muy desvelado

y atento para acabarse de asegurar si Cristo nuestro Senor era el Mesias y Redentor del mundo. Porque unas veces le

persuadian los milagros, y otras le disuadian las acciones y padecer de la flaqueza humana que tomo por nosotros

nuestro Salvador; pero donde mas crecieron las sospechas del Dragon fue en el huerto, donde sintio la fuerza de

aquella palabra que dijo el Senor:


Yo soy (Jn 18, 5), y fue arruinado el mismo demonio, cayendo con todos en la

presencia de Cristo nuestro Senor. Habia poco rato entonces que salio del infierno acompanado de sus legiones,


despues que habian sido arrojados desde el cenaculo a lo profundo. Y aunque fue Maria santisima la que de alli los


derribo, como arriba se dijo (Cf. supra n. 1198), con todo eso confirio Lucifer consigo y con sus ministros que


aquella virtud y fuerza de Hijo y Madre eran nuevas y nunca vistas contra ellos. Y en dandole permiso que se


levantase en el huerto, hablo con los demas y les dijo: No es posible que sea este poder de hombre solo, sin duda este

es Dios juntamente con ser hombre. Y si muere, como lo disponemos, por este camino hara la Redencion y

satisfara a Dios, y queda perdido nuestro imperio y frustrado nuestro deseo. Mal hemos procedido procurandole la

muerte. Y si no podemos impedir que muera, probemos hasta donde llega su paciencia y procuremos con sus mortales

enemigos que le atormenten con crueldad impia. Irritemosles contra el, arrojemosles sugestiones de desprecios,

afrentas, ignominias y tormentos que ejecuten en su persona, compelamoslos a que empleen su ira en irritarle y

atendamos a los efectos que hacen todas estas cosas en el. Todo lo intentaron los demonios como lo propusieron,

aunque no todo lo consiguieron, como en el discurso de la pasion se manifiesta, por los ocultos misterios que dire (Cf.

infra n. 1290, 1338, 1342) y he referido arriba. Provocaron a los sayones para que intentasen atormentar a Cristo

nuestro bien con algunos tormentos menos decentes a su real y divina persona de los que le dieron, porque no consintio

Su Majestad otros mas de los que quiso y convino padecer, dejandoles ejecutar en estos toda su inhumana sevicia y

furor.

1252. Intervino tambien en impedir la malicia insolente de Lucifer la gran Senora del cielo Maria santisima, porque

le fueron patentes todos los conatos de este infernal Dragon. Y unas veces con imperio de Reina le impedia muchos

intentos, para que no se los propusiese a los ministros de la pasion; otras veces en los que les proponia pedia la

divina Princesa a Dios no se los dejase ejecutar y por medio de sus Santos Angeles concurria a desvanecerlos y

estorbarlos. Y en los que su gran sabiduria conocia era voluntad de su Hijo santisimo padecerlos, cesaba en estas

diligencias, y en todo se ejecutaba la permision de la divina voluntad.


Conocio asimismo todo lo que sucedio en la

infeliz muerte y tormentos de Judas Iscariotes y el lugar que le daban en el infierno, el asiento de fuego que ha de tener


por toda la eternidad,




como maestro de la hipocresia y precursor de todos los que habian de negar a Cristo nuestro
Redentor con la mente y con las obras, desamparando, como dice San Jeremias (Jer 17, 13), las venas de las aguas


vivas, que son el mismo Senor, para ser escritos y sellados en la tierra y alejados del cielo, donde estan escritos los


predestinados. Todo esto conocio la Madre de Misericordia y lloro sobre ellos amargamente y oro al Senor por la


salvacion de los hombres y suplicandole los apartase de tan gran ceguera, precipicio y ruina, pero conformandose con


los ocultos y justos juicios de su Providencia Divina.


Doctrina que me dio la Reina del cielo María santísima.

1253. Hija mia, admirada estas, y no sin causa, de lo que has entendido y escrito de la infeliz suerte de Judas


Iscariotes y de la caida de los Apostoles, estando todos en la escuela de Cristo mi Hijo santisimo, criados a los pechos


de su doctrina, vida, ejemplo y milagros, y favorecidos de su dulcisima mansedumbre y trato, de mi intercesion y


consejos y otros beneficios que recibian por mi medio. Pero de verdad te digo que, si todos los hijos de la Iglesia


tuvieran la atencion y admiracion que este raro ejemplo les puede causar, en el hallaran saludable aviso y escarmiento

para temer el estado peligroso de la vida mortal, por mas favores y beneficios que reciban las almas de la mano del

Senor, pues todo parecera menos que verle, oirle, tratarle y tenerle por dechado vivo de santidad. Y lo mismo te digo

de mi, pues a los Apostoles di amonestaciones, y fueron testigos de mi santa e inculpable conversacion, y de mi

piedad recibieron grandes beneficios, les comunique la caridad que de estar en Dios se dimanaba de Su Majestad a

mi. Y si en la tentacion, a vista de su mismo Senor y Maestro, olvidaron tantos favores y la obligacion de corresponder

a ellos, .quien sera tan presuntuoso en la vida mortal, que no tema el peligro de la ruina por mas beneficios que haya

recibido? Aquellos eran Apostoles escogidos por su divino Maestro, que era Dios verdadero, y con todo eso el uno

llego a caer mas infelizmente que todos los hombres y los otros a desfallecer en la fe, que es el fundamento de toda la

virtud, y fue conforme a la justicia y juicios inescrutables del Altisimo. Pues .por que no temeran los que ni son

Apostoles, ni han obrado tanto como ellos en la escuela de Cristo mi Hijo santisimo y su Maestro y no merecen tanto


mi intercesion?


1254. De la ruina y perdicion de Judas Iscariotes y de su justisimo castigo, dejas escrito lo que basta para que se


entienda a cual estado pueden llegar y llevar los vicios y la mala voluntad a un hombre que se entrega a ellos y al


demonio y desprecia los llamamientos y auxilios de la gracia.


Y lo que te advierto sobre lo que has escrito es que, no

solo los tormentos que padece el traidor discipulo Judas Iscariotes, sino tambien el de muchos cristianos que con el se


condenan y bajan al mismo lugar de las penas, que para ellos fue senalado desde el principio del mundo, excede a los


tormentos de muchos demonios




Porque mi Hijo santisimo no murio por los angeles malos sino por los hombres, ni a
los demonios les toco el fruto y efectos de la redencion, los cuales reciben los hijos de la Iglesia con efecto en los


Sacramentos, y despreciar este incomparable beneficio no es culpa del demonio tanto como de los fieles y asi les


corresponde nueva y diferente pena por este desprecio. Y el engano que Lucifer y sus ministros padecieron, no


conociendo a Cristo por verdadero Dios y Redentor hasta la muerte, siempre atormenta y penetra las potencias de


aquellos malignos espiritus, y de este dolor les resulta nueva indignacion contra los redimidos, y mayor contra los

cristianos, a quienes mas se les aplica la redencion y sangre del Cordero. Y por esto se desvelan tanto los demonios en

hacer que los fieles olviden la obra de la redencion y la malogren, y despues en el infierno se muestran mas airados y

rabiosos contra los malos cristianos, y sin piedad alguna les darian mayores tormentos si la justicia divina no

dispusiese con equidad que las penas fuesen ajustadas a las culpas, no dejando esto a la voluntad de los demonios, sino

tasandolo con su poder y sabiduria infinita, que aun hasta aquel lugar alcanza la bondad del Senor.

1255. En la caida de los demas Apostoles quiero, carisima, que adviertas el peligro de la fragilidad humana, que aun en

los mismos beneficios y favores que recibe del Senor facilmente se acostumbra a ser grosera, tarda y desagradecida,

como les sucedio a los once Apostoles, cuando huyeron de su Maestro celestial y le dejaron con la incredulidad. Este

peligro se origina en los hombres de ser tan sensibles e inclinados a todo lo sensitivo y terreno y haber quedado estas

inclinaciones depravadas por el pecado y acostumbrarse a vivir y obrar segun lo terreno, carnal y sensible mas que

segun el espiritu. Y de aqui nace que aun a los mismos beneficios y dones del Senor los tratan y aman sensiblemente y

cuando les faltan por este modo luego se divierten a otros objetos sensibles y se mueven por ellos y pierden el tino de

la vida espiritual, porque la trataban y recibian como sensible, con baja estimacion del espiritu. Por esta inadvertencia

o groseria cayeron los Apostoles, aunque estaban tan favorecidos de mi Hijo santisimo y de mi, porque los milagros, la

doctrina y ejemplos que tenian presentes eran sensibles; y como ellos, aunque perfectos o justos, eran terrenos y

aficionados a solo aquello sensitivo que recibian, en faltandoles esto se turbaron con la tentacion y cayeron en ella,

como quien habia penetrado poco los misterios y espiritu de lo que habian visto y oido en la escuela de su Maestro.

Con este ejemplo y doctrina quedaras, hija mia, ensenada a ser mi discipula espiritual y no terrena y a no

acostumbrarte a lo sensible, aunque sean los favores del Senor y mios. Y cuando los recibieres, no detenerte en lo

material y sensible, sino levantar tu mente a lo alto y espiritual, que se percibe con la luz y ciencia interior y no con el

sentido animal (1 Cor 2, 14). Y si lo sensible puede embarazar a la vida espiritual, .que sera lo que pertenece a la vida

terrena, animal y carnal? Claro esta que de ti quiero olvides y borres de tus potencias toda imagen y especies de

criaturas, para que estes idonea y capaz de mi imitacion y doctrina saludable.

CAPITULO 15


Llevan a nuestro Salvador Jesús atado y preso a casa del pontífice Anás; lo que sucedió en este paso y lo que padeció en él su beatísima Madre.




1256. Digna cosa fuera hablar de la pasion, afrentas y tormentos de nuestro Salvador Jesus con palabras tan vivas y


eficaces, que pudieran penetrar mas que la espada de dos filos, hasta dividir con intimo dolor lo mas oculto de nuestros


corazones (Heb 4, 12)



. No fueron comunes las penas que padecio, no se hallara dolor semejante como su dolor (Lam 1,

12), no era su persona como las demas de los hijos de los hombres, no padecio Su Majestad por si mismo ni por sus


culpas, sino por nosotros y por las nuestras; pues razon es que las palabras y terminos con que tratamos de sus


tormentos y dolores no sean comunes y ordinarios, sino con otros vivos y eficaces se la propongamos a nuestros


sentidos. Pero !ay de mi, que ni puedo dar fuerza a mis palabras, ni hallo las que mi alma desea para manifestar este


secreto! Dire lo que alcanzare, hablare como pudiere y se me administrare, aunque la cortedad de mi talento coarte y

limite la grandeza de la inteligencia y los improporcionados terminos no alcancen a declarar el concepto escondido del

corazon. Supla el defecto de las razones la fuerza y viveza de la fe que profesamos los hijos de la Iglesia. Y si las

palabras son comunes, sea extraordinario el dolor y el sentimiento, el dictamen altisimo, la comprension vehemente,

la ponderacion profunda, el agradecimiento cordial y el amor fervoroso, pues todo sera menos que la

verdad del objeto y de lo que nosotros debemos corresponder como siervos, como amigos y como hijos adoptados

por medio de su pasion y muerte santisima.

1257. Atado y preso el mansisimo cordero Jesus, fue llevado desde el huerto a casa de los pontifices, y primero a

la de Anas. Iba prevenido aquel turbulento escuadron de soldados y ministros con las advertencias del traidor

discipulo, que no se fiasen de su Maestro si no le llevaban muy amarrado y atado, porque era hechicero y se les podria

salir de entre las manos. Lucifer y sus principes de tinieblas ocultamente los irritaban y provocaban, para que impia y

sacrilegamente tratasen al Senor sin humanidad ni decoro. Y como todos eran instrumentos obedientes a la voluntad

de Lucifer, nada que se les permitio dejaron de ejecutar contra la persona de su mismo Criador. Ataronle con una

cadena de grandes eslabones de hierro con tal artificio, que rodeandosela a la cintura y al cuello sobraban los dos


extremos, y en ellos habia unas argollas o esposas con que encadenaron tambien las manos del Senor que fabrico los


cielos y los angeles y todo el universo, y asi argolladas y presas se las pusieron no al pecho sino a las espaldas. Esta


cadena llevaron de la casa de Anas el Pontifice, donde servia de levantar la puerta de un calabozo que era levadiza, y


para el intento de aprisionar a nuestro divino Maestro la quitaron y la acomodaron con aquellas argollas y cerraduras,


como candados, con llaves de golpe. Y con este modo de prision nunca oida no quedaron satisfechos ni seguros,


porque luego sobre la pesada cadena le ataron dos sogas harto largas: la una echaron sobre la garganta de Cristo

nuestro Senor y cruzandola por el pecho le rodearon el cuerpo, atandole con fuertes nudos, y dejaron dos extremos

largos de la soga para que dos de los ministros o soldados fuesen tirando de ellos y arrastrando al Senor. La segunda

soga sirvio para atarle los brazos, rodeandola tambien por la cintura y dejaron pendientes otros dos cabos largos a las

espaldas donde llevaba las manos, para que otros dos tirasen de ellos.

1258. Con esta forma de ataduras se dejo aprisionar y rendir el Omnipotente y Santo, como si fuera el mas facineroso

de los hombres y el mas flaco de los nacidos, porque habia puesto sobre si las iniquidades de todos nosotros (Is 53, 6) y

la flaqueza o impotencia para el bien en que por ellas incurrimos. Ataronle en el huerto, atormentandole no solo con las

manos, con las sogas y cadenas, sino con las lenguas, porque como serpientes venenosas arrojaron la sacrilega

ponzona que tenian, con blasfemias, contumelias y nunca oidos oprobios contra la persona que adoraban los angeles y

los hombres y le magnifican en el cielo y en la tierra. Partieron todos del monte Olivete con gran tumulto y voceria,

llevando en medio al Salvador del mundo, tirando unos de las sogas de adelante y otros de las que llevaba a las

espaldas asidas de las munecas, y con esta violencia nunca imaginada unas veces le hacian caminar aprisa

atropellandole, otras le volvian atras y le detenian, otras le arrastraban a un lado y a otro, a donde la fuerza diabolica

los movia. Muchas veces le derribaban en tierra y, como llevaba las manos atadas, daba en ella con su venerable rostro,

lastimandose y recibiendo en el heridas y mucho polvo. Y en estas caidas arremetian a el, dandole de puntillazos y

coces, atropellando y pisandole, pasando sobre su real persona y hollandole la cara y la cabeza y, celebrando estas

injurias con algazara y mofa, le hartaban de oprobios, como lo lloro antes San Jeremias (Lam 3, 30).

1259. En medio del furor tan impio que Lucifer encendia en aquellos sus ministros, estaba muy atento a las obras y

acciones de nuestro Salvador, cuya paciencia pretendia irritar y conocer si era puro hombre, porque esta duda y

perplejidad atormentaba su pesima soberbia sobre todas sus grandes penas. Y como reconocio la mansedumbre,

tolerancia y suavidad que mostraba Cristo entre tantas injurias y tormentos y que los recibia con semblante sereno y de

majestad, sin turbacion ni mudanza alguna, con esto se enfurecio mas el infernal dragon y, como si fuera un hombre

furioso y desatinado, pretendio tomar una vez las sogas que llevaban los sayones para tirar el y otros demonios con

mayor violencia que lo hacian ellos, para provocar con mas crueldad la mansedumbre del Senor. Este intento

impidio Maria santisima, que desde el lugar donde estaba retirada miraba por vision clara todo lo que se iba

ejecutando con la persona de su Hijo santisimo, y cuando vio el atrevimiento de Lucifer, usando de la autoridad y

poder de Reina, le mando no llegase a ofender a Cristo nuestro Salvador como intentaba. Y al punto desfallecieron las

fuerzas de este enemigo y no pudo ejecutar su deseo, porque no era conveniente que su maldad se interpusiese por

aquel modo en la pasion y muerte del Redentor. Pero diosele permiso para que provocase a sus demonios contra el

Senor y todos ellos a los judios fautores de la muerte del Salvador, porque tenian libre albedrio para consentir o

disentir en ella. Asi lo hizo Lucifer, que volviendose a sus demonios les dijo: .Que hombre es este que ha nacido en el

mundo, que con su paciencia y sus obras asi nos atormenta y destruye? Ninguno hasta ahora tuvo tal igualdad y

sufrimiento en los trabajos desde Adan aca. Nunca vimos entre los mortales semejante humildad y mansedumbre.

.Como sosegamos viendo en el mundo un ejemplo tan raro y poderoso para llevarle tras si? Si este es el Mesias, sin

duda abrira el cielo y cerrara el camino por donde llevamos a los hombres a nuestros eternos tormentos y quedaremos

vencidos y frustrados nuestros intentos. Y cuando no sea mas que puro hombre, no puedo sufrir que deje a los demas

tan fuerte ejemplo de paciencia. Venid, pues, ministros de mi altiva grandeza y persigamosle por medio de sus

enemigos, que como obedientes a mi imperio han admitido contra el la furiosa envidia que les he comunicado.

1260. A toda la desapiadada indignacion que Lucifer desperto y fomento en aquel escuadron de los judios se sujeto

el autor de nuestra salud, ocultando el poder con que los pudiera aniquilar o reprimir, para que nuestra redencion fuese

mas copiosa. Y llevandolo atado y maltratado, llegaron a casa del Pontifice Anas, ante quien le presentaron como

malhechor y digno de muerte. Era costumbre de los judios presentar asi atados a los delincuentes que merecian castigo

capital, y aquellas prisiones eran como testigos del delito que merecia la muerte, y asi le llevaban como intimandole la

sentencia antes que se la diese el juez. Salio el sacrilego sacerdote Anas a una gran sala, donde se asento en el estrado o

tribunal que tenia, muy lleno de soberbia y arrogancia. Y luego se puso a su lado el principe de las tinieblas Lucifer,

rodeandole gran multitud de demonios, de los ministros y soldados. Le presentaron a Jesus atado y preso y le dijeron:

Ya, senor, traemos aqui este mal hombre que con sus hechizos y maldades ha inquietado a toda Jerusalen y Judea, y

esta vez no le ha valido su arte magica para escaparse de nuestras manos y poder.

1261. Estaba nuestro Salvador Jesus asistido de innumerables Angeles que le adoraban y confesaban, admirados de

los incomprensibles juicios de su sabiduria, porque Su Majestad consentia ser presentado como reo y pecador, y el

inicuo sacerdote se manifestaba como justo y celoso de la honra del Senor, a quien sacrilegamente pretendia quitarla

con la vida. Callaba el amantisimo Cordero sin abrir su boca, como lo habia dicho Isaias (Is 53, 7), y el Pontifice con

imperiosa autoridad le pregunto por sus discipulos y que doctrina era la que predicaba y ensenaba. Esta pregunta hizo

para calumniar la respuesta, si decia alguna palabra que motivase acusarle. Pero el Maestro de la santidad, que

encamina y enmienda a los mas sabios (Sab 7, 15), ofrecio al Eterno Padre aquella humillacion de ser presentado como


reo ante el Pontifice y preguntado por el como criminoso y autor de falsa doctrina. Y respondio nuestro Redentor con


humilde y alegre semblante a la pregunta de su doctrina:



Yo siempre he hablado en público, enseñando y predicando

en el templo y sinagoga, donde concurren los judíos, y nada he dicho en oculto. ¿Qué me preguntas a mí? Pues ellos


te dirán, si les preguntas, lo que yo les he enseñado




(Jn 18, 20-21). Porque la doctrina de Cristo nuestro Senor era de su

Eterno Padre, respondio por ella y por su credito, remitiendose a sus oyentes, asi porque a Su Majestad no le darian


credito, antes bien le calumniarian su testimonio, como tambien porque la verdad y la virtud ella misma se acredita y


abona entre los mayores enemigos.


1262. No respondio por los Apostoles, porque no era entonces necesario, ni ellos estaban en disposicion que podian


ser alabados de su Maestro. Y con haber sido esta respuesta tan llena de sabiduria y tan conveniente a la pregunta, con

todo eso uno de los ministros que asistian al Pontifice fue con formidable audacia, levanto la mano y dio una bofetada

en el sagrado y venerable rostro del Salvador, y junto con herirle le reprendio diciendo:


¿Así respondes al pontífice?

(Jn 18, 22) Recibió





el Senor esta desmedida injuria, rogando al Padre por quien asi le habia ofendido y estando

preparado y con disposicion de volver a ofrecer la otra mejilla, si fuera necesario, para recibir otra bofetada,


cumpliendo en todo esto con la doctrina que El mismo habia ensenado (Mt 5, 39). Y para que el necio y atrevido


ministro no quedase ufano y sin confusion por tan inaudita maldad, le replico el Senor con grande serenidad y


mansedumbre: S


I yo he hablado mal, da testimonio y di en qué está el mal que me atribuyes; y si hablé como debía,

¿por qué me has herido?





(Jn 18, 23) !Oh espectaculo de nueva admiracion para los espiritus soberanos! !Como de solo

oirte pueden y deben temblar las columnas del cielo y todo el firmamento estremecerse! (Job 26, 11) Este Senor es


aquel de quien dijo Job (Job 9, 4ss) que es sabio de corazon y tan robusto y fuerte que nadie le puede resistir y con esto


tendra paz, que trasiega los montes con su furor antes que puedan ellos entenderlo, el que mueve la tierra en su lugar y


sacude una con otra sus columnas, el que manda al sol que no nazca y cubre las estrellas con signaculo, el que hace


cosas grandes e incomprensibles, el que a su ira nadie puede resistir y ante quien doblan la rodilla los que sustentan

todo el orbe, y este mismo es el que por amor de los mismos hombres sufre de un impio ministro ser herido en el rostro

de una bofetada.

1263. Con la respuesta humilde y eficaz que dio Su Majestad al sacrilego siervo, quedo confuso en su maldad, pero

ni esta confusion, ni la que pudo recibir el Pontifice de que en su presencia se cometiese tal crimen y desacato, le

movio a el ni a los judios para reprimirse en algo contra el autor de la vida. Y en el interin que se continuaban sus

oprobios, llegaron a casa de Anas San Pedro y el otro discipulo, que era San Juan Evangelista. Y este como muy conocido

en ella entro facilmente, quedando fuera San Pedro, hasta que la portera, que era una criada del Pontifice, a

peticion de San Juan le dejo entrar, para ver lo que sucedia con el Redentor. Entraron los dos Apostoles en el zaguan de

la casa antes de la sala del Pontifice, y San Pedro se llego al fuego que alli tenian los soldados, porque hacia la noche

fria. Y la portera miro y reconocio a San Pedro con algun cuidado como discipulo de Cristo y llegandose a el le dijo:


¿No eres tú también de los discípulos de este Hombre? (Jn 18, 17)


Esta pregunta de la criada fue con algun desprecio

y baldon, de que San Pedro se avergonzo con gran flaqueza y pusilanimidad. Y poseido del temor respondio y dijo:



Yo no soy discípulo suyo.

Y con esta respuesta se deslizo de la conversacion y salio fuera de la casa de Anas, aunque luego

siguiendo a su Maestro fue a la de Caifas, donde le nego otras dos veces, como adelante dire (Cf.infra n. 1278).


1264. Mayor fue para el divino Maestro el dolor de la negacion de San Pedro que el de la bofetada, porque a su


inmensa caridad la culpa era contraria y aborrecible y las penas eran amables y dulces por vencer con ellas nuestros


pecados. Hecha la primera negacion, oro Cristo al Eterno Padre por su Apostol y dispuso que por medio de la


intercesion de Maria santisima se le previniese la gracia y el perdon para despues de las tres negaciones. Estaba la gran

Senora a la vista desde su oratorio a todo lo que iba sucediendo, como queda dicho (Cf. supra 1204). Y como en su

pecho tenia el propiciatorio y el sacrificio, a su mismo Hijo y Senor sacramentado, convertiase a El para sus peticiones

y afectos amorosos, donde ejercitaba heroicos actos de compasion, agradecimiento, culto y adoracion. Cuando la

piadosisima Reina conocio la negacion de San Pedro, lloro con amargura y nunca ceso en este llanto hasta que

entendio no le negaria el Altisimo sus auxilios y que le levantaria de su caida. Sintio asimismo la purisima Madre todos

los dolores de las heridas y tormentos de su Hijo, y en las mismas partes de su virginal cuerpo, donde el Senor era

lastimado. Y cuando Su Majestad fue atado con las sogas y cadenas sintio ella en las munecas tantos dolores, que salto

la sangre por las unas en sus virginales manos, como si fueran atadas y apretadas, y lo mismo sucedio en las demas heridas.

Y como a esta pena se juntaba la del corazon, de ver padecer a Cristo nuestro Senor, vino la amantisima Madre a

llorar sangre viva, siendo el brazo del Senor el artifice de esta maravilla. Sintio tambien el golpe de la bofetada de su

Hijo santisimo, como si a un mismo tiempo aquella mano sacrilega hubiera herido a Hijo y Madre juntos. Y en esta

injuriosa contumelia y en las blasfemias y desacatos llamo a los Santos Angeles para que con ella engrandecieran y

adoraran a su Criador en recompensa de los oprobios que recibia de los pecadores, y con prudentisimas razones, pero

muy lamentables y dolorosas, conferia con los mismos Angeles la causa de su amarga compasion y llanto.


Doctrina que me dio la gran Reina y Señora del cielo.

1265. Hija mia, a grandes cosas te llama y te convida la divina luz que recibes de los misterios de mi Hijo santisimo y


mios, en lo que padecimos por el linaje humano y en el mal retorno que nos da desagradecido e ingrato a tantos


beneficios. Tu vives en carne mortal y sujeta a estas ignorancias y flaquezas y, con la fuerza de la verdad que


entiendes, se engendran en ti y despiertan muchos movimientos de admiracion, de dolor, afliccion y compasion por el


olvido, poca aplicacion y atencion de los mortales a tan grandes sacramentos y por los bienes que pierden en su


flojedad y tibieza. Pues .cual sera la ponderacion que de esto haran los Angeles y Santos y la que yo tendre a la vista


del Senor, de ver al mundo y el estado de los fieles en tan peligroso estado y formidable descuido, despues que mi Hijo


santisimo murio y padecio y despues que me tienen por Madre, por intercesora y su vida purisima y mia por ejemplo?



De verdad te digo, carisima, que sola mi intercesion y los meritos que represento al Eterno Padre de su Hijo y mio pueden


suspender el castigo y aplacar su justa indignacion, para que no destruya al mundo y azote rigurosamente a los


hijos de la Iglesia que saben la voluntad del Senor y no la cumplen (Lc 12, 47).


Pero yo estoy muy desobligada de

hallar tan pocos que se contristen conmigo y consuelen a mi Hijo en sus penas, como dijo el Santo Rey y Profeta


David (Sal 68, 21). Esta dureza sera el cargo de mayor confusion contra los malos cristianos el dia del juicio, porque


conoceran entonces con irreparable dolor que no solo fueron ingratos sino inhumanos y crueles con mi Hijo santisimo,


conmigo y consigo mismos.


1266. Considera, pues, carisima, tu obligacion y levantate sobre todo lo terreno y sobre ti misma, porque yo te

llamo y te elijo para que me imites y acompanes en lo que me dejan tan sola las criaturas, a quien mi Hijo santisimo y

yo tenemos tan beneficiadas y obligadas. Pondera con todas tus fuerzas lo mucho que le costo a mi Senor el reconciliar

con su Padre a los hombres y merecerles su amistad. Llora y afligete de que tantos vivan en este olvido y que tantos

trabajen con todo su conato por destruir y perder lo que costo sangre y muerte del mismo Dios y lo que yo desde mi

concepcion les procure y procuro solicitar y granjear para su remedio.


Despierta en tu corazon lastimoso llanto de

que en la Iglesia Santa tengan muchos sucesores los Pontifices hipocritas y sacrilegos que con titulo fingido de piedad


condenaron a Cristo:




estando la soberbia y fausto con otras graves culpas autorizada y entronizada, y la humildad, la
verdad, la justicia y las virtudes tan oprimidas y abatidas, solo prevalecen la codicia y la vanidad. La pobreza de Cristo


pocos la conocen y menos son los que la abrazan; la santa fe esta impedida y no se dilata, por la desmedida ambicion


de los poderosos del mundo, y en los catolicos esta muerta y ociosa, y todo lo que ha de tener vida esta muerto y se


dispone para la perdicion; los Consejos del Evangelio estan olvidados, los


preceptos quebrantados, la caridad casi extinguida. Mi Hijo y Dios verdadero dio sus mejillas con paciencia y

mansedumbre para ser herido (Lam 3, 30). .Quien perdona una injuria por imitarle? Al contrario ha hecho leyes el

mundo, y no solo los infieles sino los mismos hijos de la fe y de la luz.

1267. En la noticia de estos pecados, quiero que imites lo que hice en la pasion y toda mi vida, que por todos

ejercitaba los actos de las virtudes contrarias: por las blasfemias le bendecia, por los juramentos le alababa, por las

infidelidades le creia y lo mismo por todas las demas ofensas. Esto quiero que tu hagas en el mundo que vives y

conoces. Huye tambien de los peligros de las criaturas con el ejemplo de San Pedro, que no eres tu mas fuerte que el

Apostol y discipulo de Cristo, y si alguna vez cayeres como flaca llora luego con el y busca mi intercesion.

Recompensa tus faltas y culpas ordinarias con la paciencia en las adversidades, recibelas con alegre semblante sin

turbacion y sin diferencia, sean las que fueren, asi de enfermedades como de molestias de criaturas, y tambien las

que siente el espiritu por la contradiccion de las pasiones y por la lucha de los enemigos invisibles y espirituales. En

todo esto puedes padecer y lo debes tolerar con fe, esperanza y magnanimidad de corazon y animo, y te advierto que

no hay ejercicio mas provechoso y util para el alma que el del padecer, porque da luz, desengana, aparta el corazon

humano de las cosas terrenas y le lleva al Senor, y Su Majestad le sale al encuentro, porque esta con el atribulado y le

libra y ampara (Sal 90, 12).

No hay comentarios: