viernes, 28 de noviembre de 2008

La confesión por devoción

Santa Teresa / Noviciado S. José 2006

El hecho de confesarnos tan seguido es un gran regalo de Dios, pero como somos animales de costumbre, tenemos que cuidar que nos se nos haga un cosa más, y que la realicemos por tanto, rutinariamente.

Para eso vale la pena trae a colación algunos textos de JPII sobre lo que se da en llamar la “confesión por devoción”.

“… la práctica de acudir al sacramento de la reconciliación no puede reducirse a la sola hipótesis del pecado grave: aparte las consideraciones de orden dogmático que se podrían hacer a este respecto, recordemos que la confesión renovada periódicamente, llamada ‘de devoción’, siempre ha acompañado en la Iglesia el camino de la santidad”.

Discurso a la Sagrada Penitenciaría Apostólica y a los penitenciarios de las Basílicas Patriarcales; 30 de enero de 1981; L’Osservatore Romano, 15 de febrero de 1981, p. 9.


Sabemos que los pecados que son obligatorios confesar son los mortales, ya que los pecados veniales se pueden perdonar fuera de la confesión con un acto de arrepentimiento. Pero, así y todo conviene confesar también estos pecados veniales:

“Los pecados veniales pueden perdonarse también fuera de la confesión sacramental; pero, ciertamente, es muy útil confesarlos sacramentalmente…. ((Es útil confirmar aquí el derecho que tienen los fieles –y a su derecho corresponde la obligación del sacerdote confesor– de confesarse y obtener la absolución sacramental también de los pecados veniales)). No hay que olvidar que la así llamada confesión por devoción ha sido la escuela que ha formado a los grandes santos.

A la Penitenciaría apostólica y a los participantes en un curso sobre el foro interno, 13 de marzo de 1999; L’Osservatore Romano, 19 de marzo de 1999, p. 5.


Efectos del sacramento de la penitencia

Además de devolvernos la gracia si la hemos perdido, y de aumentárnosla si ya la poseemos, el sacrameto de la confesión tiene otros efectos que vale la pena conocerlos; entre ellos:

- da la gracia para no cometerlos en adelante:

JP II hablando de la confesión de los pecados veniales decía:

“En efecto, supuestas las debidas disposiciones, se obtiene así no sólo el perdón del pecado, sino también la ayuda especial constituida por la gracia sacramental para evitarlo en el futuro”. A la Penitenciaría apostólica y a los participantes en un curso sobre el foro interno, 13 de marzo de 1999; L’Osservatore Romano, 19 de marzo de 1999, p. 5.
Ofrece el don de la paz

“El sacramento de la penitencia, por infundir o aumentar la gracia, ofrece el don de la paz. El rito litúrgico de la absolución sacramental... pone de relieve este don divino de la paz: ‘Dios, Padre de misericordia, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz’.
Mensaje al Cardenal Baum, a los prelados y oficiales de la Penitenciaría apostólica, 20 de marzo de 1998; L’Osservatore Romano, 10 de abril de 1998.

El consejo de un gran psicólogo
Jagot es un escritor y profesor universitario norteamericano de fama mundial, pero no es católico. Sus clases tiene que dictarlas en enormes salones porque su alumnado no cabe en las aulas de clase. Un día ante un auditorio de más de mil personas, enumerando los remedios para vivir en paz y tranquilidad, exlcamó: "Alguno de Ustedes es católico? Pues oiga bien mi consejo. Practique frecuentemente la confesión. Yo no soy católico pero sé muy bien que no existe en el mundo otra práctica religiosa que atraiga más paz y tranquilidad al espíritu que la confesión de los católicos, bien hecha y con las debidas disposiciones".


- Otros efectos
… entre los efectos del sacramento de la penitencia, que con razón los fieles pueden esperar y desear, se encuentran los de la mitigación de los impulsos pasionales, la corrección de los defectos lógicos o emotivos (como en el caso de los escrupulosos) y la mejora de todo nuestro libre obrar, por efecto de la caridad sobrenatural restablecida y creciente.


3 Consejos para una buena confesión

Fe: Ver a Cristo en el sacerdote.

Esperanza: de que la misericordia de Dios me va a perdonar.

Caridad: para con Dios por haberlo ofendido: lo principal en la confesión es esto, y de esto depende también el grado de gracia (o de aumento de ella) que recibimos cuando nos confesamos (Santo Tomás)


Saber que el confesarnos cada semana tiene que ser una costumbre para siempre, no sólo en la tiempo de formación…

1 comentario:

Mima dijo...

Señor Jesús:

Gracias por darnos tan hermoso regalo como este sacramento.

Ten Misericordia de Nosotros y del Mundo entero!

Amén.

MM-Romanistas